Mi corazón se dispara,
cuando mis manos
recorren tu cintura,
mi corazón jadea tras cada atardecer,
tras cada sombra que provoca tu figura,
cada gesto amable,
cada sonrisa.
Me pierdo en tus ojos
y el fuego bailotea en mi piel,
como un diablo cruel,
que pilota sin frenos mi vida.
No puedo respirar el aire ardiente,
infla mis pulmones,
danza por mis venas,
en una frenética carrera.
Hoy me siento bien,
paladeo los segundos,
muero y renazco,
siento que perdí el habla,
floté en el viento,
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