Y mirandote a los ojos en un espejo te das cuenta, que eres parte de un
relato, escrito cada día, que solo tu puedes escribirlo, que las paginas
pasadas ya no se pueden rescribir, que los buenos y los malos momentos,
son antiguas hojas, polvorientas y aburridas, que por mucho que
quieras, tu vida no es mas que las ganas de querer avanzar, de cambias
las letras en vivencias, las lagrimas por pasiones, los malos momentos
por sonrisas. Coger una vez mas tu viejo lapiz y dibujar una puerta, una
via de escape muy lejos de los recuerdos tristes, muy lejos de aquel
viejo pasado y alli delante del espejo, dejas de pensar y te das cuenta
que estabas soñando despierto.
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